PENDIENTES
CREA PENDIENTES PARA MUJER Y HOMBRE CON NUESTRA AYUDA
Llevar pendientes es un “must” para muchas mujeres en su día a día y para cada vez más hombres. Si estás interesado/a en hacer tus propios pendientes para mujer o pendientes para hombre, cuenta con los pendientes, colgantes y demás materiales que tenemos en nuestra tienda online para fabricarlos a tu gusto.
Uno de estos elementos es, por ejemplo, el gancho para pendientes. Todos sabemos que los pendientes requieren de una pieza metálica muy fina que se introduce en el agujero del lóbulo de la oreja para que el pendiente cuelgue de él. Aquí encontrarás este tipo de material con distintos tamaños y diseños. Elige el que mejor combina con tu creación.
Uno de los mayores temores de los usuarios de pendientes es que estos se caigan de la oreja y se pierdan. Esto es muy frustrante, ya que aunque se conserve el otro pendiente, no se podrá usar en ausencia del compañero.
Estas pérdidas suelen deberse a que la curva del gancho para pendientes no es lo suficientemente pronunciada, por lo que se cae fácilemente con el movimiento o al quitarse o ponerse una prenda. Para evitar esto, los topes para pendientes son muy útiles. Estos topes son unas piezas redondas con un agujero que fijan el gancho a la oreja, evitando que se deslice por el agujero del lóbulo.
Si eres una aficionado/a a crear tus propios pendientes, aquí encontrarás lo que necesitas, como nuestras bases de metal para pendientes así como tuercas de metal para pendientes.
¿QUÉ SON LOS PENDIENTES?
Los pendientes, también llamados zarcillos, aretes o aros, son un tipo de accesorio corporal que se pone mediante un gancho introducido en un agujero en la piel previamente abierto y debidamente curado.
Los pendientes se colocan, por lo general, en las orejas, concretamente en la parte blanda inferior conocida como lóbulo. No obstante, hoy en día es habitual ponérselos no solo en varias partes de la oreja, sino también en otras zonas del cuerpo como en la nariz, las cejas, los labios, la lengua o el ombligo entre otras. A estos adornos se les llama ‘piercings’ (‘perforaciones’ en inglés).
El hombre ha usado pendientes desde hace milenios. Se han encontrado restos de personas de la Edad de Bronce que usaban aretes simples tanto en las orejas como en la nariz.
El arete con colgante se representaba muy a menudo en los relieves asirios. Se han encontrado este tipo de accesorio en tumbas de princesas de las dinastías egipcias XII y XIII y en faraones de la dinastía XX entre otros. Fenicios, hebreos y otros pueblos orientales copiaron estos accesorios de estas dos civilizaciones.
Griegos y romanos también adoptaron esta moda y la mejoraron, diseñando pendientes ricamente trabajados, con aros de oro y colgantes de perlas, gemas y piezas de metal labradas. Su uso estaba reservado a las mujeres.
Hoy en día, los pendientes tienen una función meramente estética. No obstante, no pocas culturas los han utilizado, además, como un amuleto protector. En algunas sociedades, por ejemplo, usaban pendientes para impedir que los malos espíritus se introdujeran en el cuerpo a través de los oídos.