PEINETAS
LAS MEJORES PEINETAS PARA TOCADOS ESTÁN AQUÍ
Un uso para las peinetas que no hemos mencionado antes son las peinetas para tocados.
Los tocados son prendas decorativas que se colocan en la cabeza y tienen una función estrictamente estética. Los hay de muchos tipos: con redecillas, velos, plumas, flores, telas… ¡Todo un universo de estilo! Aquí disponemos de tocados para bodas y tocados para novia.
Sin embargo, ¿cómo se colocan estos accesorios si no se pueden encajar en la cabeza como los sombreros? En muchos casos, la clave es una peineta para tocado. Tanto tocados pequeños como grandes pueden coserse o pegarse con pegamentos específicos a una peineta para anclarlo a un moño.
En la tienda online de Artipistilos encontrarás una gran variedad de peinetas para todos los tocados que vayas a crear, como peinetas para novia. Disponemos de peineteas de distinto tamaño (de 4 cm a 10 cm), material (peinetas de plástico y peinetas metálicas, ambas de muy buena calidad) y número de púas. También puedes obtener nuestras estupendas peinetas individualmente o en packs de hasta 5 unidades.
En cuanto a los colores de las peinetas, también tienes donde elegir. Puedes escoger colores discretos que no llamen la atención (peinetas transparentes, peinetas blancas, peinetas negras) u otros más llamativos (peinetas plateadas, peinetas doradas).
¿QUÉ SON LAS PEINETAS?
Los habrás visto en desfiles de moda, festividades folclóricas o en películas, series u obras de teatro de época, especialmente las ambientadas en los siglos XVIII y XIX. Las peinetas para el pelo (también conocidas como peinecillos) son un accesorio femenino similar a un peine que, a diferencia de este, no sirve para desenredar y componer el pelo, sino para sujetarlo y adornarlo como un elemento ornamental en sí mismo.
Una peineta consta, por un lado, de un cuerpo convexo con todo tipo de diseños y ornamentos y, por el otro, de un conjunto de púas que se clavan en el moño de la usuaria.
Este accesorio empezó a ponerse de moda en el último cuarto del siglo XVIII, cuando comenzó a verse en los retratos de las cortes tanto de España como de Francia.
En un principio se empleaba oro, plata o aleaciones como el latón o el acero para su elaboración. No obstante, durante el siglo XIX se fueron poniendo de moda las peinetas de gran tamaño, por lo que fue necesario usar materiales más ligeros como el hueso, el marfil o el carey (procedente del caparazón de la tortuga).
En la segunda mitad del siglo XIX empezaron a popularizarse los plásticos que imitaban los materiales nobles. Esto, unido al uso creciente de moldes para su fabricación, supuso el incremento exponencial de su producción y, con ello, su abaratamiento.
En España ha sido muy frecuente su uso desde finales del siglo XVIII, y aún es habitual verlas en eventos importantes como bodas, bautizos, procesiones de Semana Santa, corridas de toros, espectáculos folclóricos y espectáculos de flamenco y copla.
Muy conocidas son las peinetas para mantillas que, como indica su nombre, son peinetas unidas a una mantilla de encaje de gran tamaño. Son un elemento muy típico de algunos trajes regionales, como el traje de fallera (Comunidad Valenciana) o el de flamenca (Andalucía).